Una boxeadora italiana abandonó a los 46 segundos de empezar su combate contra una rival con cromosomas XY en los Juegos Olímpicos de Paris, tras recibir dos puñetazos en la cara, lo que provocó una nueva reacción contra el tema candente de los hombres que compiten en deportes femeninos.
Angela Carini, quien declaró a la prensa que luchaba en honor de su difunto padre, se echó a llorar tras abandonar el combate contra su oponente Imane Khelif de Argelia.
Khelif, por su parte, había sido descalificado del Campeonato del Mundo de 2023 tras no superar una prueba de elegibilidad de género realizada por la Asociación Internacional de Boxeo (IBA por sus siglas en inglés), con sede en Rusia, según un comunicado emitido el miércoles por la organización.
La IBA ya no rige el boxeo en los Juegos Olímpicos; en su lugar, lo hace el Comité Olímpico Internacional (COI).
Tanto Khelif como Lin Yu-ting de Taiwán, quien ha ganado el campeonato mundial dos veces, fueron autorizados por el COI a participar en este deporte a pesar de no haber superado las pruebas de elegibilidad de género en el pasado.
En su declaración, la IBA afirmó: “Las diferentes normativas del COI sobre estos asuntos, en los que la IBA no está implicada, plantean serias dudas tanto sobre la equidad competitiva como sobre la seguridad de los atletas”.
Tras el combate, una llorosa Carini se mantuvo desafiante a pesar de abandonar el combate, negándose a estrechar la mano de Khelif y arrojando su casco mientras gritaba: “¡Esto es injusto!”.
“Subí al ring para luchar. Pero se me quitaron las ganas después del primer minuto. Empecé a sentir un fuerte dolor en la nariz. No me rendí, pero un puñetazo dolía demasiado y dije basta. Me voy con la cabeza alta”, dijo.
Carini dijo que sentía que tenía que parar la pelea “para preservar mi vida”, pero sugirió que sentía que había defraudado tanto a su difunto padre como a su nación, según BBC Sport.
“No fui capaz de terminar el combate. Sentí un fuerte dolor en la nariz y me dije [a mí misma] por la experiencia que tengo y la madurez como mujer que tengo, dije espero que mi nación no se lo tome a mal, espero que mi padre no se lo tome a mal… pero paré, dije basta por mí”, dijo.
Según el New York Post, el entrenador de Carini, Emanuel Renzini, dijo que la gente le había advertido que no luchara contra Khelif, diciéndole: “No vayas, por favor: Es un hombre, es peligroso para ti”.
La Primera Ministra italiana, Giorgia Meloni, condenó el combate por injusto.
“Creo que las atletas que tienen características genéticas masculinas no deberían ser admitidas en las competiciones femeninas”, declaró Meloni, según The Telegraph.
“Y no porque se quiera discriminar a alguien, sino para proteger el derecho de las atletas a poder competir en igualdad de condiciones”, añadió.
La situación de Carini también suscitó el desprecio de destacadas voces que llevan años pronunciándose en contra de que los hombres compitan en deportes femeninos.
Riley Gaines, una ex nadadora de competición estadounidense que ha abogado por la segregación de género en el deporte tras perder contra el nadador masculino Lia (Will) Thomas en el campeonato de estilo libre de la NCAA de 2022, sugirió que permitir la situación de Carini era tan perverso como peligroso.