Los jóvenes de Irán se enfrentan a severas restricciones impuestas por el régimen del país, que se enfrenta a retos como la crisis económica, las estrictas normas sociales y las imposiciones religiosas. En este entorno adverso, muchos jóvenes buscan sentido y esperanza en sus vidas.
Para Melika, de 17 años, un seudónimo utilizado por razones de seguridad, esta búsqueda encontró una respuesta en el mensaje del Evangelio. Descubrió la fe cristiana a través de un ministerio que trabaja en Irán. Después de un período de discipulado, Melika fue bautizada recientemente en una conferencia organizada para los cristianos del país.
Durante su bautismo, Melika compartió cómo la fe ha transformado su vida: “Nosotros, que una vez fuimos musulmanes supersticiosos, vivíamos con miedo a la muerte, pero ahora, a través de la fe en el Hijo del Dios vivo, estamos libres de todo miedo y debilidades espirituales”, declaró.
También destacó el impacto de las Escrituras: “Obtenemos la motivación para aprender y abrazar la palabra de Dios, viviendo de acuerdo con su voluntad”.
El pastor Masoud, otro alias utilizado para proteger su identidad, es un socio local de Puertas Abiertas. Destacó la relevancia del apoyo internacional a la Iglesia Perseguida: “Estamos profundamente agradecidos por sus oraciones y apoyo, que han empoderado a jóvenes como Melika para crecer en la fe. Continúen intercediendo por los jóvenes de Irán, para que tengan más acceso al discipulado y a los materiales cristianos, así como el coraje de vivir su fe en sus comunidades”.
Según el pastor, la misión de llegar a más jóvenes depende de la cooperación de los socios e intercesores. “Su intercesión es vital mientras buscan llevar a otros a Jesús. Gracias por estar con nosotros en esta misión”, concluyó.
El contexto de represión en Irán hace que el crecimiento de la fe cristiana entre los jóvenes sea un testimonio de valentía y perseverancia. La Iglesia Perseguida sigue avanzando, incluso frente a importantes desafíos, reflejando la fuerza transformadora del Evangelio.